domingo, 5 de diciembre de 2010

Mirando el Paisaje


Corre por la pradera del tiempo
La vida en ríos de sangre
Y por lo ojos de un bebe a un viejo
Las imágenes congeladas más importantes.

Sonrosado el niño, asume su futuro
Como un sendero baldío, distante
Fuera del conocimiento ambiguo
De las humanidades restantes.

El viejo que siempre llora
Cuando sus canas ve en las mañanas
Son obra de un infierno
Que acorta su vida y desata su alma.

Las sombras oscurecen
Se desvanecen en la locura
Dejando solo los rastros
Y las huellas de su amargura.

Por eso no valdrá nada
Esta vida en otra vida
Solo valdrá la pena
Para los sabios que la caminan.

Porque no es la luz al final del túnel
Ni las lámparas colgadas distantes
Son los retratos y ventanas amigas
Los pasajeros, acompañantes.

Y aunque nunca dos caminos se cruzasen
Y la luz no deje admirar todo el recorrido
Seremos nosotros humanos extraños
Los que demos el juego por perdido.

Será la lágrima negra
Que brota del alma
La verdadera tristeza
Que embarga la calma.

Y en vez de verdades
Solo quedaran los males
Porque el recorredor innato
Se extinguió hace rato.

La única realidad
Que a todos nos llena
Es saber que el camino
No es como se esperase que fuera.

Y aunque hoy llegue un idiota
Y diga que la vida no vale nada
A oídos sordos la ignorancia
De aquel que cuando camino
Solo fue consiente de sus fachas.

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